Descripción
Las células, y las estructuras que las forman, son demasiado pequeñas para verlas, escucharlas o tocarlas directamente. Pero a pesar de este tremendo inconveniente, las células son tema de miles de publicaciones cada año, y prácticamente se han investigado todos los aspectos de su minúscula estructura. De muchas maneras, el estudio de la biología celular constituye un tributo a la curiosidad humana en su aspiración de realizar descubrimientos, y a la inteligencia creativa del ser humano para diseñar los complejos instrumentos y las elaboradas técnicas mediante las cuales se pueden efectuar esos descubrimientos.
Esto no significa que los biólogos celulares sean los únicos dotados con estos nobles rasgos. En un extremo del espectro científico, los astrónomos estudian objetos en la orilla más alejada del universo con propiedades muy diferentes a las que se encuentran sobre la tierra. Y en el otro extremo del espectro, los físicos nucleares dirigen su atención sobre partículas de dimensiones subatómicas que tienen igualmente propiedades inconcebibles.
Es muy claro, por lo tanto, que nuestro universo contiene mundos dentro de otros mundos, y el estudio de todos sus aspectos es fascinante. En este sentido, la finalidad más aparente de este texto es generar entre sus lectores el interés por las células y por su estudio.
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