Descripción
En el número anterior de Mediterráneo Económico, el 21, con el que inaugurábamos una nueva etapa de nuestra Colección de Estudios, el profesor García Delgado coordinó a un grupo de especialistas que dedicaron sus esfuerzos al análisis del papel de empresas y empresarios en la economía global. Los autores se centraron especialmente en la función social del empresariado, como agente innovador por excelencia y, a fin de cuentas, como indicador del pulso y de la salud económicos de cualquier sociedad avanzada. En definitiva, el volumen estuvo dedicado al estudio de uno de los principales agentes de la economía, cuya relevancia no ha sido siempre suficientemente valorada por la corriente mayoritaria de la disciplina económica.
La pertinencia, pues, del volumen residía precisamente en esa llamada de atención sobre la importancia de la temática en el análisis económico, y en la reivindicación de la figura del empresario, cualquiera que sea el tamaño de la organización que dirige o el sector en el que se desenvuelve. Habiendo tratado, pues, de uno de los actores principales de la economía, en esta nueva entrega de Mediterráneo Económico $la número 22$ pasamos a ocuparnos del escenario geográfico, del tablero de juego donde empresas y empresarios desempeñan su labor.
Y lo hacemos bajo la mejor de las direcciones posibles, la del catedrático y maestro de economistas don Ramón Tamames, quien nos presenta un estudio de la estructura económica internacional que pretende ir mucho más allá del modelo clásico, de la mera descripción de los espacios de producción, distribución y consumo, y que se pregunta además por los factores políticos, institucionales e históricos que determinan el estado actual de la economía global.
Según el enfoque escogido por el profesor Tamames, los colaboradores han planteado sus trabajos partiendo de una base empírica. Pero dicha contextualización regional, en apariencia descriptiva, no es más que un punto de apoyo para un análisis más novedoso de la economía internacional en su conjunto, y de sus grandes retos para el siglo XXI. Un análisis «ortogonal», según se nos dice, ya que las cuatro variables sobre las que se sustenta el discurso conforman un cuadrado teórico. Las dinámicas migratorias, la respuesta a una demanda energética creciente y a los problemas medioambientales, el papel de las multinacionales como vanguardia del mundo de la empresa y la dimensión cíclica del desarrollo económico son las cuatro aristas de este esquema interpretativo.
Partiendo de dicho esquema, el equipo dirigido por el profesor Tamames logra arrojar algo de luz sobre un escenario económico en permanente transformación y por definición heterogéneo. En el mismo conviven tres tipologías fundamentales: regiones deprimidas a consecuencia de la crisis inmobiliaria, financiera y fiscal, otros espacios económicamente maduros, asentados y con sólidos cimientos, y, finalmente, otras zonas en franca expansión, llamadas a liderar la economía mundial del futuro.
Dicho esto, tan sólo nos queda agradecer públicamente el trabajo y esfuerzo del profesor Tamames y de su equipo de colaboradores. Confiamos en que este número 22 de Mediterráneo Económico se convierta, como todos sus predecesores, en una referencia obligada para investigadores y público interesado. Nosotros, desde luego, así lo creemos.
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