Descripción
Al enterarse que asumiría la tarea de coordinar esta edición, un colega respetado me advirtió: “Ten cuidado. No asumas a la ligera la edición de La biblia”. La reputación del texto como “la biblia de la farmacología” es un tributo a los ideales y el tesón de los autores originales, Alfred Gilman y Louis Goodman, quienes en 1941 sentaron los principios que han guiado las diez ediciones previas, de los cuales los coordinadores y yo no nos hemos apartado: correlacionar la farmacología con las ciencias médicas correspondientes, re- interpretar las acciones y los empleos de los fármacos dentro del marco de los avances en medicina y las ciencias biomédicas básicas, destacar las aplicaciones de la farmacodinámica en la terapéutica y elaborar una obra que sea útil por igual a los estudiosos de la farmacología y a los médicos.
A partir de la segunda edición, incluida la presente, expertos en el tema se han ocupado de capítulos individuales, algunos de reciente publicación. Hemos insistido en principios básicos y agregado capítulos sobre transportadores y metabolismo de fármacos; su material explica innumerables interacciones medicamentosas y reacciones adversas. Hemos agregado un capítulo sobre el nuevo campo de la farmaco- genética, en constante avance, con la mira de individualizar la terapéutica y saber la forma de que nuestra constitución genética influye en nuestras reacciones a los fármacos y las drogas. En el capítulo 5, “La ciencia de la farmacoterapia”, se expone la forma en que los principios básicos de la farmacología sustentan la atención de cada enfermo. Se ha hecho una revisión exhaustiva de otros capítulos, y otros más han sido condensados o eliminados.
La integración de un texto hecho por múltiples participantes ha sido una tarea exigente en diversas formas para ellos y los coordinadores. Entre las tentaciones al parecer irresistibles y comprensibles al redactar un capítulo están el deseo de abarcar todo el tema, la urgencia de explicar el sistema de señales que envía la proteína G y la inclinación de describir detalladamente la historia de cada principio activo respecto al cual sea experto el autor, y citar todo lo importante publicado desde los días de Claudio Bernard hasta la fecha. Los riesgos mencionados, junto con el progreso incesante de los conocimientos, han generado enorme presión para incrementar el volumen del libro. Para contrarrestar dicha tendencia, el coordinador en jefe y los directores asociados intervenimos para eliminar repeticiones y textos dispensables. Presionamos insistentemente a los participantes basándonos en la rapidez y facilidad del correo electrónico para interactuar en nuestra tarea, para esclarecer y condensar, y elaborar de nuevo el texto, sin descuidar los principios de los autores originales y con la mira de conservar el carácter integral y exhaustivo, que es el sello del libro. Hemos buscado estandarizar la organización de los capítulos, para que los estudiantes aborden fácilmente los apartados de fisiología y farmacología básica, presentados con tipografía corriente en cada capítulo, y el clínico y el experto se enteren de los detalles, en tipo pequeño, con encabezados identificables. Hemos intentado mejorar los cuadros y figuras para resumir los conceptos y brindar abundante información. La edición presente está más compendiada que sus predecesoras, pero es tan completa como aquellas.
A los participantes, un merecido y caro agradecimiento. Entre los participantes, valiosos por sí mismos, agradecemos en particular sus contribuciones a la preparación de este libro. Destacamos el trabajo de los profesores Keith Parker $UT Southwestern$ y John Lazo $U. Pittsburgh$. La profesora Nelda Murri $U. Washington$ revisó todos y cada uno de los capítulos, con criterio agudo e implacable como farmacóloga. Dos nuevos participantes de Nashville desempeñaron tareas esenciales: Lynne Hutchison trabajó capazmente como lo hizo en ediciones anteriores, coordinó las actividades de participantes y de encargados editoriales y, por segunda vez, Chris Bell cotejó referencias y armó la versión original. Además de los encargados de la edición, un experto revisó todos y cada uno de los capítulos, labor que agradece cumplidamente el coordinador general. Expresamos nuestra gratitud a los antiguos participantes que identificaron algunos de sus mejores trozos de ediciones anteriores.También agradecemos a Janet Foltin y James Shanahan, encargados editoriales que laboraron para McGraw-Hill y que cuidaron la impresión, y a nuestras esposas, de las que recibimos apoyo y aliento incondicionales.
Por último, rindo tributo a mi amigo Alfred G. Gilman. Como maestro, mentor, investigador, encargado de varias ediciones de esta obra, premio Nobel, decano de un distinguido departamento de farmacología y ahora decano de una prestigiada escuela de medicina, enriqueció con sus aportaciones el contenido del libro.
¿Qué piensas de este libro?
4 comentarios