Descripción
Nuestros conocimientos, actitudes y acciones están basados en gran parte sobre muestras. Esto es verdad real en la vida cotidiana como en la investigación científica. Así, la opinión que tiene una persona de una institución que realiza miles de transacciones diarias, a menudo se basa en uno o dos contactos ocurridos en el transcurso de muchos años. Es clásico $y cómico$ el personaje que después de pasar diez días en un a los extranjero, escribe un libro para enseñar a sus habitantes como revitalizar su industria, reformar su sistema político, equilibrar su presupuesto y mejorar la comida de sus hoteles. Pero en realidad, la diferencia que existe entre este personaje y el estudio de las ciencias políticas que vive veinte años en ese país dedicado a estudiarlo, es que el primero basa sus condiciones en una muestra mucho más pequeña y es menos consciente de su gran ignorancia.
Tanto como en la ciencia como en los asuntos humanos carecemos de los recursos necesarios para estudiar más de un fragmento de los fenómenos que pueden ampliar nuestros conocimientos.
En este libro se presenta la teoría en que se basa los buenos métodos de muestreo. En la mayoría de las aplicaciones para las que se edificó esta teoría.
El conjunto del que se desea obtener información es finito y bien delimitado como seria por ejemplo el conjunto de habitantes de una ciudad, las máquinas de una fábrica o los peces de un lago. En ciertos casos, puede parecer factible el obtener información por medio de una enumeración completa o censo del conjunto. Los administradores acostumbrados a tratar con censos inicialmente desconfiaban de las muestras y se resistían a utilizarlas. Aunque esta actitud ha desaparecido, conviene revisar las ventajas del muestreo en comparación con la enumeración completa.
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