Descripción
A lo largo de la historia, el Estado ha sido objeto de estudio de diversas disciplinas. En este sentido, es natural que haya múltiples interpretaciones sobre sus características y funciones. Desde las aportaciones clásicas y liberales del Estado, a las contribuciones marxistas y aquellas teorías que se pronuncian en la actualidad a favor de la desestatización de la política, pasando por los defensores realistas y críticos del Estado social, entre otros, el fenómeno estatal ha sido objeto de un análisis intenso en la medida que también se ha transformado. Los fundamentos de lo que hoy conocemos como Estado moderno implican la revisión de diversos filósofos, políticos e historiadores que, en su tiempo y contexto, identificaron la noción con la actividad de comunidades y ciertas formas de patrimonio como fundamento de la autoridad política y de gobierno.
Con la evolución del mundo, y el advenimiento de la ciencia del derecho, las aportaciones sobre la noción de Estado coincidieron en referirse a un conjunto de criterios y principios operativos que regulan la actividad, estructura y organización de esa forma política. En este contexto, el Estado se concibió como órgano de producción y régimen jurídico y de gobierno. Las teorías jurídicas coadyuvaron al desarrollo de los estudios políticos y sociológicos sobre el fenómeno. Al Estado se le identificó, entonces, como una compleja organización social donde el derecho solo se reconoció como uno de sus elementos constitutivos.
En particular, los trabajos de Max Weber contribuyeron a aclarar diversos dilemas sobre las discusiones en torno a lo político del Estado y el papel de los actores sociales en su desarrollo social y económico, en la legitimación y evolución en el horizonte de la modernidad capitalista. El desarrollo de las ciencias políticas es un ámbito evidente que se ha ocupado del estudio sistemático y especializado del Estado.
En este tenor, los autores, temas, enfoques y métodos ampliaron la noción de Estado hacia una perspectiva de análisis de carácter multidisciplinario. Por ejemplo, el concepto de Estado fue sucedido por el de sistema político con la vertiente funcionalista estadounidense, a fin de identificar una base empírica y libre de presupuestos éticos o valorativos. La noción de Estado no solo fue reconocida como un sistema, sino que se distinguió para identificar a un aparato utilizado para atender políticamente problemas sociales, maximizar el consenso, minimizar la violencia y generar políticas públicas. Hoy día la noción de Estado y de sistema político se utiliza indistintamente para hacer referencia a la organización y estructura política de la sociedad. Sin embargo, se reconoce a la democracia como uno de los modelos políticos que permite a una colectividad específica tomar conciencia de sí misma en un marco jurídico de derecho.
En este ámbito, la evolución de los estudios que explican la conformación del Estado de derecho y los enfoques participativos de la misma han sido notorios y abundantes, en la medida que se concibe a la política con diversos modos en que tanto ciudadanos, organizaciones, autoridades y el mercado interactúan y compiten por las preferencias de las mayorías. Más específicamente, y en un marco de derecho, el concepto de Estado es considerado como un tema relevante en los estudios que explican la evolución de los diferentes sistemas políticos y electorales, en particular aquellos referidos a los procesos de transición, normalización y consolidación democrática.
En este tenor, se advierte que la construcción de un Estado implica el reconocimiento de actores políticos y ciudadanos, así como la edificación y respeto a la forma de funcionar de un sistema jurídico y constitucional. Si bien, el Estado, en su acepción de derecho, se expresa en la norma legal, su reconocimiento legítimo también se da en el funcionamiento efectivo de las instituciones, en la cultura y práctica política de los actores En otro orden, la producción académica de trabajos que observan al Estado con expresiones como Estado-nación o Estado multinacional, entre otros, indican no solo que la ciudadanía es la justificación última, ideológica y política de cualquier Estado, sino que también un determinado tipo de Estado no es el que coincide con el desarrollo de una nación.
A este respecto, los enfoques culturales al estudio del Estado revelan diferentes problemas que no son identificados en las nociones clásicas e implican diferentes retos en los temas de identidad, integración y desarrollo político conjunto. En este marco, la obra que el lector tiene en sus manos ofrece una interesante síntesis en la que se plantean las diferentes concepciones, teorías y enfoques de estudio al fenómeno denominado Estado. En particular, ofrece una didáctica de exposición sencilla y con calidad, sobre los aspectos y dilemas esenciales a tomar en cuenta sobre el Estado y que, a lo largo de la historia, se han planteado por diversos autores y en diferentes épocas, contextos y disciplinas de estudio.
Si bien el texto se plantea con una argumentación muy concisa y puntual de los planteamientos de cada autor, este toca lo esencial de su pensamiento y contiene una exposición completa para atender cada uno de los temas y objetivos que se propone. Al mismo tiempo, ofrece un conjunto de preguntas como forma de retroalimentación del aprendizaje y que permite profundizar en otros aspectos y temáticas para el análisis teórico y empírico. No está por demás indicar que el esfuerzo realizado al compilar y seleccionar las diferentes obras que se utilizan constituye en sí misma una loable labor, en la medida que existe una amplia producción de material y en diferentes niveles y especialidades de estudio.
Asimismo, la tarea de síntesis y el cuidado de los contenidos en cada tema son importantes en razón de la amplitud y claridad de los mismos. Mi reconocimiento y felicitación a los autores y editores por su dedicación y esfuerzo, ya que el nacimiento de esta obra invita a la lectura y reflexión de uno de los temas más importantes de nuestro tiempo y que advierte la necesidad de revalorar la relación entre la sociedad, el gobierno y la política. Finalmente, estoy seguro de que esta obra contribuirá a la formación de nuevas generaciones de estudiosos en el área de las ciencias sociales y las humanidades, en particular de las ciencias políticas y el derecho.
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