Descripción
El afán nacional por ingresar a la Sociedad de la Información ha movido iniciativas públicas y privadas orientadas a la dotación de infraestructuras de comunicaciones y la masificación de la Internet, al desarrollo del comercio electrónico y a la modernización del Estado. La posibilidad de servirse de ingentes cantidades de contenidos digitales disponibles para regocijo y deleite de los usuarios cautivan el horizonte, sin embargo, las barreras de acceso se ciernen como un serio obstáculo hacia la prosecución de una sociedad más justa, pluralista y democrática.
El derecho, en cuanto entramado normativo de que se dota una sociedad, no ha estado exento del proceso de adecuación a los desafíos de la Sociedad de la Información. Leyes destinadas a resguardar nuestra vida privada y demás derechos fundamentales ante los excesos del tratamiento automatizado de datos personales, leyes destinadas a brindar seguridad a nuestras transacciones comerciales en línea, así como a las comunicaciones entre ciudadanos y los servicios públicos, leyes destinadas a salvaguardar los derechos de los consumidores, cuando operan en plataformas electrónicas.
En materia de propiedad intelectual, y más específicamente de derechos de autor, también ha existido tal impulso normativo. Gatillado por los procesos de globalización, así como por la creciente digitalización de las obras, el derecho de autor ha procurado su remozamiento a partir de diversos instrumentos internacionales, en la búsqueda de un cierto grado de equivalencia normativa, aunque desafortunadamente acentuando el cariz comercial del proceso de creación. Tras toda obra artística, cultural e intelectual existe potencial comercial, pero, a la vez, existe un creador que anhela el resguardo y reconocimiento de sus derechos, así como una comunidad ávida de participar de los progresos del arte, de la cultura y de las ciencias.
Tras toda obra está en germen el dilema de una sociedad que debate entre la denegación y el acceso al conocimiento, buscando que se respeten los derechos de los creadores y a la vez se posibilite mayor democracia cultural, y con ello la construcción de un Estado pluralista y participativo. Desde tal perspectiva, el modelo normativo que sugiere Creative Commons, a través del set de opciones de licenciamiento que ofrece al creador, procura una alternativa para $re$establecer el equilibrio entre los derechos de éste y condiciones que garanticen el acceso de la comunidad a sus obras, en un círculo virtuoso de creación colectiva.
La presencia de Lawrence Lessig en Chile, con motivo del lanzamiento de las licencias Creative Commons, justificaba sobradamente la edición en Chile de su obra Cultura Libre, en que el autor nos invita a reflexionar en la construcción de una regulación de los derechos de propiedad intelectual equilibrado, que sortee los perniciosos efectos de una legislación atenta tan solo al impacto económico de las obras, tal como lo promueven los Tratados de Libre Comercio que Chile ha suscrito en el último tiempo. Cultura Libre es un libro fundamental para comprender los problemas y perjuicios que las nuevas regulaciones sobre propiedad intelectual imponen sobre el progreso cultural y la difusión del conocimiento en el contexto de la sociedad digital.
Lessig plantea que la forma en que se están articulando las leyes del copyright $o derechos de autor como se denomina en Chile, aunque con importantes diferencias en el contenido de ambos conceptos$, es una de las principales barreras para el desarrollo de la cultura, particularmente en el ámbito digital, cultura que se ha gestado a lo largo de los siglos, a través de citas, obras basadas o inspiradas en el trabajo de otros. Su autor nos muestra cómo desde la aparición de Internet se está librando una verdadera batalla entre quienes desean controlar este nuevo espacio de creación y difusión del conocimiento mediante mayores y más restrictivas regulaciones sobre derechos de autor, y quienes promueven los principios de la libre circulación del conocimiento y la información.
Como no podía ser de otra forma, esta edición de Cultura Libre ha sido posible gracias a la colaboración de varias personas e instituciones y a la existencia misma de Creative Commons, esto porque Lessig publicó su obra original bajo una licencia CC que permite expresamente que otros jueguen y recreen a partir de ella. Así, Antonio Córdoba, de elastico.net, hizo el enorme esfuerzo de traducirla al español, versión que con algunas correcciones ha sido utilizada para publicar esta edición. Las ilustraciones fueron rediseñadas por Carolina Pérez y el equipo gráfico de LOM Ediciones.
¿Qué piensas de este libro?
No hay comentarios