Descripción
Cuando era pequeño me contaron la historia de San Francisco de Borja $por algo llevo su nombre$. Borja, Duque de Gandía, pertenecía a una de las principales familias valencianas, y cuando murió la emperatriz Isabel de Portugal el emperador Carlos V le encargó que trasladara sus restos a Granada para que fuera enterrada allí.
Después del largo viaje, al abrir el féretro, Borja vio el horror en que se había convertido la que una vez fue joven y bella emperatriz y exclamó: ¡Nunca más serviré a señor que se me pueda morir! Algo así estarán pensando muchas personas que se han quedado en el paro, víctimas de la crisis: ¡Nunca más serviré a empresa que me pueda despedir! Uno se pasa años trabajando para una empresa, esforzándose y procurando dar mejores resultados cada día, y de repente llega un momento en el que te entregan el finiquito porque han cerrado un departamento entero, porque tu despido es más barato que el de otros o porque no has estado suficientemente cerca del jefe en el momento en el que se decidía quién iba a la calle.
Después del momento de shock, te encuentras en casa con un horizonte de unos meses de paro, un dinero de la indemnización y una probabilidad más bien escasa de encontrar un trabajo como el que tenías hace solo unos días. Y te planteas si no sería una buena salida montar algo por tu cuenta. Durante años has pensado en cómo podrías hacer mejor las cosas si fueras tú el que dirigieras la empresa. O has fantaseado con crear un negocio relacionado con tu verdadera afición: la escalada, la jardinería, el macramé Tal vez llevas tiempo soñando con retirarte a un pueblecito de la costa a escribir o a componer música. Podría haber llegado ese momento. Podrías liarte la manta a la cabeza y crear tu empresa. Al menos intentar vivir de lo que te gusta. Cuando ser ingeniero o arquitecto no garantiza un puesto de trabajo decente ¿por qué no probar a ser profesor de yoga o decorador experto en feng shui? ¿o algo más prosaico como fontanero o propietario de un restaurante de comida rápida? El problema es que adentrarse en un territorio desconocido siempre da miedo. Uno no sabe por dónde empezar, descubre que tres de cada cuatro empresas fracasan en los primeros años, no está seguro de ser capaz de salir a vender, de pelearse con la administración, de conseguir el dinero necesario.
Está el miedo de perder el poco dinero que tienes, y encontrarse al cabo de unos meses sin dinero y sin trabajo. Si estás en esta situación, leer este libro puede ayudarte. En él está escrito, paso por paso, todo lo que necesitas saber y hacer para que esa aventura de crear una empresa tenga las mayores probabilidades de éxito. Procuraré que evites cometer los errores que yo y otros hemos cometido al crear nuestras empresas.
El éxito no está garantizado, nunca lo puede estar cuando empieza una aventura. Pero lo que sí está garantizado es que si te decides a caminar por el estrecho sendero que conduce a la libertad y la prosperidad, el viaje merecerá la pena. Incluso aunque no llegues a Ítaca, estarás lleno de aventura, lleno de experiencias, rico de todo lo que habrás ganado en el camino.
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