Descripción
Decir que la ciencia económica, en un sentido riguroso de la palabra, no existe, es algo que tanto el historiador como el economista, el antropólogo como el sociólogo por no hablar del hombre de acción que trata de transformar su sociedad saben muy bien. Dicha ciencia solo podría existir si se tomara en serio los materiales antropológicos acumulados desde que la civilización occidental descubrió y dominó buena parte del mundo. Estos trabajos empíricos, de desigual valor, sobre sociedades «primitivas» y campesinas, es decir, preindustriales, solamente se hallan teorizados a un nivel tipológico.
No se trata de crear otra disciplina la antropología económica sino de acabar con las divisiones arbitrarias entre las ciencias humanas y sociales, reconociendo que el problema básico reside en la definición del término economía. Lo importante es ver qué lugar ocupan, en las distintas sociedades, las relaciones de producción y sus efectos en la organización y evolución de las mismas.
¿Qué piensas de este libro?
No hay comentarios