Descripción
Tenía la mejor cámara, habíamos comprado y preparado el más flamante equipo de iluminación, trípodes, difusores, reflectores, disparadores remotos, 15 objetivos distintos. Todo hacía presagiar que este trabajo se vería recompensado con una de las mejores fotos de la historia de la fotografía. Las condiciones climatológicas eran inmejorables y la inolvidable escena que estaba apunto de retratar no se repetiría jamás. Disparé. Cuando enseñé la foto, se hizo un largo y profundo silencio hasta que alguien lo rompió con una lágrima y entonces todos supimos que habíamos perdido la mejor oportunidad de nuestras vidas. Entonces desperte sobresaltado. Esta breve historia, que bien podría ser una pesadilla, me hizo pensar donde reside el verdadero valor de una buena foto. Sin duda alguna el equipo es importante, dificilmente encontraremos la foto de nuestra vida entre las sacadas con la cámara del móvil.
Pero dentro de una gama media de cámaras podemos encontrar fotografías espectaculares. ¿La escena? Este es un punto interesante. El objeto a retratar, bien sea una persona, un paisaje, etc… juega un papel crucial, mas no absoluto. La mejor de las escenas no te garantiza una buena foto. Puedes lograr una foto espectacular de un mondadientes, y otra que no te diga nada del Cañon del Colorado o de la mejor posadora de todas las modelos. Falta por tanto un elemento diferenciador. Algo que aporte el fotógrafo. Se trata de decidir que sale y que no sale en la fotografía, y de que manera. De buscar aquellos elementos que bien situados harán que no se pueda apartar la mirada de tu foto. Uno de los puntos más importantes en los que se dirime si eres o no un buen fotógrafo, un artísta. Estoy hablando de la Composición.
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