Descripción
No es esta una teoría general del Estado, lo cual constituiría una pretensión descomunal, pero sí un libro de teoría general del Estado en cuanto constituye una materia en nuestros planes de estudios de la carrera de Derecho. Cabría incluso cuestionar si es posible elaborar una teoría general acerca del Estado, pero, de cualquier modo, ese es el nombre que la tradición germánica llegada hasta nosotros dio a la asignatura cuyos temas abordamos en estas páginas.
Esta segunda edición mantiene el propósito de cubrir aspectos que tradicionalmente han recibido un tratamiento poco profundo en los libros que existen sobre la materia, y es mi intención que sea igualmente de utilidad para quienes cursan otras carreras en las que se tocan también aspectos relacionados con la formación y evolución del Estado, así como con el desenvolvimiento de las instituciones políticas. Puede asimismo ser empleada en cursos que analizan la situación del Estado en la era de la globalización.
El texto intenta contribuir a colmar una laguna existente en los materiales de que se dispone para abordar el estudio del Estado contemporáneo. Reducido este aspecto a un solo tema dentro del programa de estudios de la materia, constituye, a mi entender, la parte en que debería ponerse quizá el mayor énfasis para dotar al futuro profesional de elementos que le permitan comprender mejor la realidad política en la que habrá de desenvolverse. La tradición ha otorgado mayores espacios a temas teóricos puros como la soberanía, la división de poderes o los fines del Estado, o bien, a aspectos históricos fundamentalmente relacionados con el desarrollo de las ideas políticas.
Sobre estas cuestiones existe una bibliografía profusa y se encuentran al alcance del estudiante textos adecuadamente sistematizados. En cambio, por lo que toca al análisis de los Estados actuales, al examen de sus características económicas y sociopolíticas, así como a la ideología que los inspira, si bien el material bibliográfico es abundante, no existen textos que pongan al alcance del alumno de manera ordenada y coherente los principales desarrollos teóricos que se han producido en los últimos años.
A esta circunstancia debe agregarse el hecho de que el problema de la tipología del Estado actual se basa en que la nomenclatura común, a la que estamos acostumbrados, no ha sido sometida a un intento de elaboración científica y las sistematizaciones tipológicas de los científicos políticos no a menudo responden a las imágenes que del Estado tiene el ciudadano común o el estudiante.
En el capítulo 1 se busca introducir al alumno en el fascinante tema del surgimiento del Estado, partiendo de las concepciones sociobiológicas recientes, de manera que haya un enlace entre las raíces más profundas de nuestro comportamiento social sobre las cuales falta aún mucho por descubrir y los fenómenos políticos que dan vida al Estado. Ya Rousseau, en su Discurso sobre el origen y los fundamentos de la desigualdad entre los hombres, reflexionaba acerca de este asunto y decía: Todo animal tiene ideas, puesto que tiene sentidos, y combina incluso sus ideas hasta cierto punto, no habiendo en esto entre el animal y el hombre más que una diferencia de grado. Cualquiera que sea ese grado, me ha parecido indispensable ampliar el horizonte de inquietud intelectual para ofrecer al lector un marco más amplio en torno a las investigaciones sobre los antecedentes de la sociabilidad humana como presupuesto del estudio acerca del nacimiento del Estado, siguiendo así algunas corrientes sociológicas modernas.
Después se siguen los pasos de las primeras formas de organización de las sociedades humanas previas a la aparición del Estado y se analizan los factores que dieron lugar a su formación. En el capítulo 2 se aborda el estudio de los Estados antiguos en el entendido de que no comparto la idea de que el Estado sea solo el Estado moderno, por el contrario, considero que los rasgos básicos de la configuración estatal se encuentran ya presentes desde la formación de las originales organizaciones políticas con un poder centralizado. El enfoque dado a ese capítulo, así como a los subsecuentes en los que se efectúa un recorrido histórico hasta llegar a nuestro siglo, no es el de una narración de acontecimientos, sino un intento de desarrollar una interpretación e invitar continuamente a meditar en torno a problemas contemporáneos mediante la comparación con épocas pasadas.
Con ello se complementa la visión de conjunto planteada a partir de la consideración de que el Estado constituye una entidad económica y no solo política, la cual es el eje de la argumentación de toda la obra. Otro objetivo buscado con el tratamiento de estos temas es que los alumnos tengan una idea del entorno en que se movían los autores cuyas ideas políticas han leído tantas veces, pero que en ocasiones parecen considerar como surgidas de genios, habitantes de otras dimensiones y no de seres humanos que vivieron y padecieron problemas políticos concretos que inspiraron sus ideas e influyeron en la perspectiva de sus obras. La comprensión del Estado como una realidad actual no es factible sin aludir al sistema general en el que está inmerso, y para poder orientarse en la comprensión de las características que nos permitan establecer una clasificación de los Estados se propone una metodología que parte de cuatro grandes categorías de análisis: organización económica, orientación ideológica, situación sociopolítica y expresión jurídica.
Ninguna de las categorías citadas es simple, ya que se conforman de diversos elementos que se interrelacionan para constituir lo que podríamos denominar subsistemas sociales específicos. Por otra parte, cada uno de los elementos no solo reacciona respecto a los demás que intervienen en su propio subsistema, sino que la multiplicidad de las relaciones sociales conduce a inter actuaciones entre diversos elementos de los diferentes subsistemas identificados. Debe advertirse al lector especializado que de ninguna manera se pretende agotar la descripción y explicación de cada una de las categorías sugeridas. Ello requeriría cursos completos dedicados, respectivamente, a la economía, la historia de las ideas políticas, la sociología, la politología y el Derecho comparado, que rebasan de modo ostensible los límites de esta obra.
Se trata, pues, de escoger algunos puntos relevantes de cada uno de los campos señalados para poder orientar a través de ellos al estudiante, de manera que alcance un conocimiento general acerca de las principales características de las variadas formas de organización estatal a lo largo del tiempo. Por organización económica entendemos la manera como se realizan, dentro del Estado, las actividades relativas a la producción, circulación, distribución y consumo de los bienes y servicios necesarios para la vida en sociedad. La idea misma de organización destaca el hecho que no es ocioso remarcar nuevamente de que se trata de una categoría compleja, influida por otros campos, regulada por normas y, simultáneamente, determinante de otras realidades sociales y determinada por ellas.
La idea de organización económica no se reduce a la simple expresión del modo de producción existente, en tanto la mecánica de las relaciones en que entran los hombres para la producción de su vida material. El concepto es más amplio y trata de reflejar un sistema en el que distinguimos cuatro elementos básicos: producción, circulación, distribución y consumo. Es obvio que ellos no agotan las características económicas observables en una sociedad, pero nos permiten discernir fórmulas de distinción entre los Estados. En la orientación ideológica consideramos el conjunto de creencias y valores generalmente aceptados por el cuerpo social, los cuales permiten el grado de cohesión y de consenso necesarios para la unidad de acción colectiva que el Estado requiere para operar.
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