Descripción
Los juegos forman parte de Ja vida cotidiana de todas las personas, en todas las culturas. En el caso de los niños, los juegos son un componente fundamental de su vida real. Un buen juego permite que se pueda jugar con pocos conocimientos, pero, para empezar a ganar de manera sistemática, exige que se construyan estrategias que implican mayores conocimientos.
Al jugar, quien participa en el juego sabe si ganó o perdió, no necesita que otra persona se lo diga. Más aún, en muchos juegos el jugador puede saber, al terminar de jugar, por qué perdió o por qué ganó, qué jugadas fueron malas o fueron buenas. Esto es lo que le permite al jugador jugar cada vez mejor, construir poco a poco mejores estrategias para alcanzar la meta, es decir, permite ir aprendiendo.
Por lo anterior, el jugador, frente al juego, tiende a ser autónomo. No aplica instrucciones dictadas por otro, sino que construye sus propias estrategias por sí mismo y en la interacción con sus compañeros. Cada jugador se involucra con entusiasmo, sus aprendizajes son experiencias gozosas. Sin embargo, no todos los juegos son interesantes desde el punto de vista de las matemáticas que se aprenden, ni todas las actividades que sirven para aprender matemáticas son realmente juegos.
El reto es entonces descubrir o construir actividades que sean realmente juegos para los niños y que, a la vez, propicien aprendizajes interesantes de matemáticas. La presente colección de juegos intenta responder a ese reto y ser un aporte a los maestros en esa dirección.
Algunos de los juegos que se presentan constituyen adaptaciones de juegos que fueron publicados con anterioridad. En particular, La pulga y las trampas apareció en Revista Grand N IREM, Grenoble, en 1983; Carrera a veinte apareció en un documento mimeografiado en 1980; Qui dirá vingt? de Guy Brousseau y una de las variantes del juego ¿Quién adivina el número?, fue escrita por Jrma Sáiz y Dilma Fregona en Cuadernos de Educación del DIE-CINVESTAV-IPN en 1984.
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