Descripción
El creciente interés por la medicina forense en todo el mundo es sin duda el resultado del aumento global tanto de los delitos como de los litigios. El avance de los aspectos académicos y populares del tema han llevado al éxito continuo de Medicina forense de Simpson. Las causas y los efectos de los homicidios, suicidios y accidentes y el abuso de drogas y venenos son básicamente los mismos dondequiera que trabaje un médico forense.
Si bien no se puede esperar que un solo libro de texto registre e informe todas las posibles permutaciones legales, se espera que esta duodécima edición de Simpson’s Forensic Medicine, escrita desde una perspectiva amplia pero con un firme apego a la ley británica y europea, sirva como un base útil para los profesionales forenses que trabajan dentro de cualquier sistema legal. Para ello, se ha reescrito por completo el libro y se han incluido nuevas fotografías y esquemas para dilucidar y ampliar el texto y, en particular, para aclarar puntos forenses significativos. Continuamente se desarrollan técnicas mejoradas para el examen tanto de los vivos como de los muertos, a menudo en respuesta a eventos particulares, y comúnmente se asocian con importantes avances en las Ciencias Forenses.
Como resultado, algunos aspectos de la medicina forense descritos originalmente por Keith Simpson en las primeras ediciones de este libro de texto ahora están desactualizados. Dos ejemplos son la toxicología y la identificación humana, las cuales se han convertido en especialidades por derecho propio. La toxicología se ha convertido en una especie de ciencia de ‘caja negra’ para los médicos forenses: no necesitan conocer las minucias de los procesos analíticos. Sin embargo, aún necesitan conocer algunos de los fundamentos que los sustentan, deben comprender los efectos de las drogas y los venenos naturales o artificiales y deben ser capaces de interpretar con precisión los resultados proporcionados por el toxicólogo. En el campo de la identificación humana, la tecnología del ADN prácticamente ha borrado el estudio de la serología que era tan importante para Keith Simpson y sus contemporáneos.
A medida que nuestro propio conocimiento especializado se desarrolla y progresa, también debemos asegurarnos de que nuestras habilidades básicas continúen siendo revisadas y que los avances en nuestra especialidad sean debatidos, probados y validados por nuestros pares forenses antes de que se presenten a los tribunales como evidencia confiable. Nunca debemos permitir que ‘suficientemente bueno’ sea aceptable, ya que no solo nos ocupamos de las vidas de los heridos o muertos, sino también de las vidas y la libertad de los acusados. Un médico forense que carece de conocimientos, habilidades o imparcialidad no tiene ningún papel en la práctica local, nacional o internacional actual de la medicina forense.
Otros profesionales en los sistemas legales (la policía, los abogados y los científicos forenses) necesitan comprender nuestras habilidades y los límites de nuestro conocimiento para que juntos podamos esforzarnos por mejorar la calidad de nuestro asesoramiento y el nivel de las pruebas que brindamos a los tribunales Simpson’s ha sido popular entre estudiantes, médicos, científicos, policías y abogados durante muchos años y, al parecer, ha fomentado esa comprensión del papel del médico forense. Se espera que esta edición continúe con esa larga tradición. Cualquiera que sea el futuro de la Medicina Forense y la Ciencia, el objetivo del autor es que la Medicina Forense de Simpson continúe brindando una base sólida para todos aquellos que necesitan información precisa y clara, ya sea en el campo, en el laboratorio o en la sala del tribunal.
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