CHANDRASEKHAR: La Evolución Estelar. Ha Muerto Una Estrella – Eduardo Battaner López

Descripción

El siglo xx es el gran siglo de la astrofísica. La irrupción de las mecánicas cuántica y relativista proporcionó nuevas formas de pensar para interpretar los datos y, a su vez, la irrupción de los grandes telescopios proporcionó nuevos datos sobre los que pensar. Y en ese admirable siglo xx muy pocos dudarían en señalar a Chandrasekhar como el gran astrofísico. Sin embargo, fue Chandrasekhar un astrofísico atípico: nunca observó con un telescopio y muy pocas veces, y aun torpemente, usó un ordenador. Leyó mucho y escribió mucho, su cerebro era su herramienta: en su cabeza estaba el universo. Fue atípico no solo como científico, sino también en su vida personal. Era un hindú en América, absolutamente abstemio y absolutamente vegetariano. Su control y aprovechamiento del tiempo eran también excepcionales. Es tarea difícil escribir una biografía de Chandrasekhar, «Chandra» para los amigos. La razón es que Chandra no hizo más que trabajar. No perdió ni un segundo de su vida, toda ella dedicada a la ciencia.

Como consecuencia, no tuvo aventuras, no tuvo desequilibrios, ni siquiera anécdotas. Su aventura era interior, la tensión estaba dentro de su cabeza, su drama era mental. Sus investigaciones sí que eran apasionantes, abordando numerosos temas, en los que partía prácticamente de cero, para abandonarlos completos y perfectos, y pasar a dedicar su atención a otro problema nuevo y distinto. Pero también es difícil transcribir esta vida 7 8 interior, sus inquietudes científicas y sus logros, porque sus investigaciones fueron extremadamente técnicas. Las tres etapas de su vida consistieron en unos veinte años en la India, unos seis en Cambridge y el resto entre Y erkes y Chicago. Chandra fue un hindú, que se educó como hindú y que vivió como hindú toda su vida. También es cierto que compatibilizó su educación hindú con la inglesa, no solo en Cambridge, sino también antes, en su propia patria, entonces colonia británica. Sus raíces profundamente hindúes son la clave para acercarse a comprender su personalidad, aunque, como en el caso de todo hombre genial, esta es imposible de definir y encasillar. Chandra fue distinguido con el premio Nobel, o el premio Nobel fue distinguido con su nombre, por un descubrimiento astrofísico de trascendental importancia: dedujo que había un límite superior para la masa de una estrella enana blanca, lo que ya en su tiempo se denominó límite de Chandrasekhar. En este libro veremos qué es una estrella, qué es una estrella enana blanca, por qué su masa tiene límite y por qué este hallazgo fue tan trascendental.

Sin embargo, lo más notorio no es lo que hizo, sino cómo lo hizo, ya que realizó su descubrimiento durante un trayecto en barco desde la India a Europa, concretamente entre Bombay y Venecia, en tan solo diecinueve días, muchos de los cuales transcurrieron con mar arbolada, por lo que Chandra trabajaba contra viento y marea, entre vómito y vómito. Apenas tenía veinte años. Había sido becado por el Gobierno indio para realizar su tesis en Cambridge y … aprovechó el viaje para hacer un trabajo de premio Nobel. Lo llevó a cabo en 1930 y le dieron el Nobel en 1983, es decir, cincuenta y tres años más tarde. ¿Por qué se tardó tanto en reconocer su mérito? En Cambridge había un científico veterano, Eddington, que tenía un prestigio podríamos decir que «excesivo». Tenía tanta seguridad en sí mismo e infundía tanto respeto en sus colegas que una cuestión era considerada cierta o falsa según lo que él dictaba. La larga controversia entre Eddington y Chandra es una de las más clásicas, no ya en el mundo de la astrofísica, sino en el de la ciencia en general.

A ella será preciso dedicar la atención que requiere, por ser una clara muestra de cómo un enfrentamiento aparentemente estéril puede suponer un avance muy fructífero. Lo que parecía un tropezón acabó siendo un gran salto. En esta controversia resultó vencedor Chandra, y no solo porque la verdad estaba de su parte, sino también por la elegancia humana con que afrontó aquellas circunstancias. Ganaron la ciencia y la humildad, y nadie perdió. Eddington no solo no supo apreciar el trabajo del joven Chandra, sino que le ridiculizó públicamente y rechazó su idea como falsa en tonos bastante impertinentes. Chandra sufrió lo indecible, precisamente Eddington, a quien él veneraba y quien tanto le había enseñado, era quien le escamoteaba la razón.

Su trabajo ni siquiera sería publicado al no contar con la aprobación del gran Eddington. ¿Cuál fue la reacción de Chandra? No se enfangó en una discusión interminable en la que hubiera perdido mucho tiempo, mucha energía y mucha paz de espíritu. Publicó su primer libro, An Introduction to the Study of SteUar Structure, en el que expuso sus ideas, siempre precisas y matemáticamente impecables, y en el que trataba también el límite de la masa de las enanas blancas. Se dedicó a otros trabajos muy diferentes, trató con respeto y educación a Eddington y terminaron siendo buenos amigos. Ni uno ni otro cedieron en sus opiniones contrapuestas hasta la muerte del veterano profesor, pero Chandra respondió con estoicismo hindú y, en 1983, escribió un artículo de carácter biográfico con el asombroso título de «Eddington: el astrofísico más distinguido de su tiempo». Como las estrellas enanas blancas eran un objetivo astronómico, puede decirse que su premio Nobel fue otorgado por su contribución a la astronomía. Pero, paradójicamente, Chandra no quería hacer astronomía, ni siquiera astrofísica, en el sentido de aportar teoría física a la observación astronómica. Él quería dedicarse a la física.

Era el gran astrónomo que no quería ser astrónomo. Y poco a poco fue desplazándose hacia la física pura hasta dedicarse a ella por completo. Vivió una buena parte de su vida en un observatorio, el de Yerkes, sin que tuviera la más mínima intención de aplicar su ojo al ocular. Era un astrónomo sin telescopio.Él sabía que su contribución a la ciencia estaba en la pluma. Con ella escribió hermosas ecuaciones diferenciales que solo él era capaz de integrar. Su fuerza era su capacidad matemática. Su estilográfica vertió un flujo copioso, sublime y constante. Esta constancia parecía ser independiente de sus compromisos y circunstancias. Ni en su senescencia disminuyó un ápice. Su vida, o bien se puede subdividir teniendo en cuenta los lugares donde residió, o bien los temas científicos que abordó, aunque hay cierta correspondencia cuando se aplican ambos criterios. Y es que Chandra trató problemas muy diversos solapándose muy poco en el tiempo. Consideraba un tema amplio, llegaba a sus últimas consecuencias y comenzaba otro tema amplio, y así sucesivamente. Cada etapa acababa con un libro definitivo que englobaba una larga serie de artículos que lo habían precedido. Trabajó tanto y publicó tanto que Penrose decía que nadie podía saber en todo lo que había trabajado. Es imposible leer todo lo que escribió.

Ver más
  • Sumario
    Introducción
    Capítulo 1 Qué es una estrella?
    Capítulo 2 ¿Qué es una estrella enana blanca?
    Capítulo 3 ¿Qué es una estrella enana blanca relativista?
    Capítulo 4 ¿Qué es una galaxia?
    Capítulo S Al fin, física
    Anexos
    Lectura recomedadas
    Índice
  • Citar Libro

Descargar CHANDRASEKHAR: La Evolución Estelar. Ha Muerto Una Estrella

Tipo de Archivo
Idioma
Descargar RAR
Descargar PDF
Páginas
Tamaño
Libro
Español
166 pag.
23 mb

Déjanos un comentario

No hay comentarios

guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
0
Nos encantaría conocer tu opinión, comenta.x